Mafalda
y el crecimiento del golpe y porrazo.
Se refiere
a su país, pero en las décadas del ’60 y hasta por lo menos 1990 el país del
golpe y porrazo predominó en América Latina. Porque se “necesitaba” mano dura,
un gobierno fuerte, cuando en realidad lo necesario era volver a los
indicadores previos a la crisis y que cada vez se perdían más.
En realidad
el golpe y porrazo como sistema para solucionar problemas económicos lo podemos
ubicar mucho antes. En Uruguay por ejemplo en 1876 y con la dictadura de Lorenzo
Latorre se instaura un método no menos violento que el que ya existía en el
país debido al caudillismo. La diferencia, que ahora la violencia venía desde
el estado. “Ley de fuga”, “papeletas de conchabado”, “taller de adoquines”,
“domesticaron” al gaucho y lo hicieron hábil para el trabajo gracias a la
educación vareliana, que por lo cierto generó toda una polémica alrededor de su
figura por trabajar para una dictadura.
Muchos
gauchos se convirtieron en peones y muchos más en obreros que se sumaron a los
inmigrantes “peligrosos” que traían su ideología foránea y ajena a nuestra
cultura. Como dice la canción: “usted habla por boca de otra gente” el eco de
nuestro pueblo también tuvo su porrazo para esos “renegados” del sistema. En
Argentina y Brasil también se dio esa realidad. Época de sindicatos de
anarquistas y comunistas que se alarga con hechos como los de las revueltas
estudiantiles en la presidencia de Irigoyen o los hechos de la Patagonia
rebelde.
Acá en
Uruguay, Terra no fue tan blando y Medidas Prontas de Seguridad ya hubieron en
1952 durante el gobierno de Martínez Trueba, aunque las primeras fueron de la
presidencia de Rivera.
Eso si, el
golpe y porrazo se internacionalizó en 1945 después de la Doctrina Truman. EEUU
no inventó el sistema, pero lo perfeccionó en 1954 en Guatemala, Brasil en
1964, República Dominicana en 1965, etc. Recordar también a Theodore Roosevelt y
su justamente política del garrote.
En
Argentina la “Revolución libertadora” lo puso en práctica en 1955 para
enfrentar el peronismo y en la década del ’60 con la aparición de la guerrilla
nos acostumbramos a ver uniformados dispuestos a “domesticar” al obrero que
cada vez se “comunizaba” más.
En fin la
“Guerra Fría” había llegado a nuestras costas...
Neobatllismo
y Peronismo habían caído y no estaba clara la alternativa.
Las
primeras medidas neo liberales como las del Fondo Monetario Internacional que
en el Uruguay se intentaron poner en práctica en 1961 con la Reforma Monetaria
y Cambiaria, pero no se pusieron de acuerdo para esto como planteaba la CIDE,
para el planteamiento más desarrollista, porque en años de elecciones ya se
sabe que la plata va parar a las campañas.
Mientras el
garrote crecía, creció la disconformidad y además se empezó a ver como pasar
del garrote a otras armas más sofisticadas.
Eso si,
había que justificar el armamentismo y no hubo razones que no fueran
predecibles: corrupción, estafas con dineros públicos, pérdida de derechos de
parte del trabajador, una posible dictadura y además una posible patria grande
socialista con Cuba como modelo. Y el garrote siguió creciendo, y cada vez más
se fue cambiando por técnicas más “inteligentes” y atractivas que no solo el
gobierno de EEUU conoce. Había que “civilizar” y perfeccionar el garrote. A
veces la electricidad hace estragos... y en lugares adecuados sirve para que
ante un elemento que desde la sensibilidad sirve para hacer menos salvajes al
ser humano, un médico, tiene la finalidad de no permitir que esa fuente
inagotable de información se calle.
Bueno, los
años pasaron y ahora son otros los que sufren el golpe y porrazo y de a poco se
nota un desarrollo. Ya no hay dictaduras en América del Sur y no se vislumbran
cambios importantes. Igual, el garrote, cuan icono de “civilización” y
desarrollo, sigue guardado a la espera de que surja la oportunidad de demostrar
su contenido filosófico y convencedor.
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