lunes, 11 de noviembre de 2013

Mafalda y la historia a través del humor

Mafalda y la sillita de la paz mundial.

 

La tan ansiada paz mundial es difícil de lograr por más que cada vez sean muchos los que nos subimos a la sillita para pedir por ella. Al día de hoy se pueden contabilizar diversos conflictos que aterrorizan a miles de personas diariamente y que se ven por TV.
A varios enfrentamiento en África (Somalía, Congo, Angola, Etiopía), Medio Oriente (Siria, Irak, Palestina), Asia (Afganistán) hay que sumarle los hechos de violencia perpetrados por el terrorismo como los últimos registrados en Kenia con la aparición de un grupo relativamente desconocido. Por supuesto que la violencia no es exclusiva del terrorismo o de diferentes facciones que se matan entre sí, además hay que agregar la discriminación que sufren diferentes minorías que hacen patente los grados de intolerancias más extremas para solucionar problemas como la pobreza, la indigencia, la falta de trabajo fruto de políticas que apuntan al individualismo más atroz y que implican arreglar la situación con ajustes que empeoran cada vez más el momento de tensión que se vive.
Esclavismo, flexibilidad laboral, precariedad es también violencia.
Por suerte en algunos casos prevalece la cordura. El conflicto en Siria se está intentando solucionar de forma pacífica y no con el planteamiento original de EEUU de parar a la violencia con más violencia. Otros países con intereses en la región, China y Rusia, salieron al cruce. Muchos critican a EEUU por no adoptar la postura intervensionista, convirtiéndose en la “policía del mundo” de una vez por todas. No es tan fácil. Dejar que un país predomine tanto y haga uso y abuso de su poder culmina siempre con ambiciones extremas que tergiversan las “buenas intenciones” originales. Se ve a EEUU como a un bloque monolítico liberal, respetuoso, tolerante, amplio, plural, pero lejos de esto, EEUU dista en algunos casos de esta realidad.
Sociedad exageradamente violenta tiene uno de los record más atroces que es el de los asesinos seriales, la posibilidad de armarse fácilmente al cual hay que agregar que se convirtió en algo que siempre criticaron a las sociedades totalitarias que el control de ciudadanos y de otros países en función de sus intereses.
“1984” relataba esto, pero no para EEUU.
No podemos darnos el lujo de permitir que este se convierta en exclusivo hegemónico único y sin competencias para asegurar la paz porque ni siquiera lo logra en su país.
Por lo tanto debemos seguir apostando al sillón del Vaticano, al de la ONU o cualquier institución que busque cuidar el mundo por la simple y sencilla razón que es el único que tenemos.

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