viernes, 15 de junio de 2012

Mafalda y la historia a través del humor

 Mafalda y Manolito: ¿Un ejemplo de Capitalismo salvaje?

Como se puede jugar con Mafalda y sus amigos a través de estas pequeñas crónicas de la vida cotidiana.
Manolita entiende que su función social es la de obsequiar con caramelos a una ambiciosa como Susanita que pretende más. Pero su brutalidad no le permite cumplir su cometido con la chica y demuestra como su precario capitalismo afianza su egoísmo e intenta a convertir a este en una virtud.
No fue creado para esto, incluso la función que debe tener al empresario para con la comunidad es algo que se llevó a la práctica en la década del ’80.
Obviamente los empresarios no son tontos, tampoco son brutos como Manolito. Siempre que te brinda algo obtienen algo a cambio. Alguna subvención, menos impuestos, etc. Por lo general más que lo que dieron. Porque el espíritu del capitalista es obtener beneficios y no filantropía.
No, tontos no. Interesados sí. Calculan miden, planean, especulan, compiten y si pueden eliminarte como competencia, mejor. Es una lucha sin cuartel, al mejor estilo Reality. Salvaje, si, de muchos años y si son poderosos y llegan a las más altas esferas quieres que tu opinión se oiga. Y pones dinero para todas las campañas. Pero después quiero que el gobierno me escuche. Se convierten en grupos de presión, grandes corporaciones que tienen un aparato publicitario que te aliena porque con los medios de comunicación que también les pertenece te ofrecen su mercancía como el rico caramelo de Manolito.
En Uruguay desde fines del siglo XIX se escucha su voz. Son rurales, comerciantes, industriales, etc. y promueven actividades económicas que dan trabajo a mucha gente...pero por un beneficio, un capital para seguir invirtiendo y que no se cierre el ciclo.
El problema es que ese beneficio se obtiene de lo que resta entre el precio final y el trabajo del empleado. Claro que si le pago menos al obrero obtengo más beneficio. Y si ese beneficio lo gasto en más maquinaria puedo ahorrarme sueldos. Pero si nadie trabaja nadie me compra. Entonces el sistema fluctúa en crisis y momentos de esplendor.
El empresario pretende que se regule solo, pero cuando hay una crisis pretende que lo solucione el estado...porque los empresarios no son tontos.
En realidad cuando el empresario te está dando ese rico caramelo, seguramente ese caramelo ya lo pagaste tú y vuelve para convencerte de que allí tienes que dejar tu dinero. Solamente que tu dinero muchas veces vale menos.
Lo cual indica que vas a comprar menos. Es allí que el empresario se queja y reclama.
Pero, ¿por qué gana menos? Porque somos lo que exportamos y si no entra dinero el beneficiario corta el hilo por el lado más fino y reduce salarios.
Muchas veces el estado soluciona el problema con seguros para el trabajador pero depende de las políticas económicas que desarrolla el gobierno según la coyuntura.
Seguramente Manolito no entienda esta situación porque nos referimos a los empresarios más grandes y no al comercio minorista, pero estos a veces repiten lo que aquellos plantean...porque los empresarios no son tontos.

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